Y te condena mi celoso corazón cuando le contás tu historia, nunca conocio la gloria en cuestiones del amor. Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria, con acercarse a la victoria se conforma un perdedor.
Ahora es tarde para pedir perdon
Un día después, después de vos cruce los dedos. La barca pasó y el río quedó, al fin, quieto Solo un cuento fue que ayudó a pasar un buen rato. Un castillo de naipes que cayó y palabras baratas. En el aire entre los dos, brilló una copa rota, mala suerte, mi palma dio un destino oscuro. Un dulce licor de romero fue la mala idea loca. A la suave luz de la luna vi tu espalda, hay un lugar allí para mis huellas y un lunar nocturno. Apostamos mal serás mas feliz vagabundeando, muy poco amable fui, nada nuevo vi en tus ojos.